La zona austral de CHile

2016/02/02                

 Deshacer el camino hasta volver a pasar el estrecho de Magallanes, girar a la izquierda y poner rumbo a Punta Arenas.
Como la distancia es respetable y además hay paso de aduana de por medio, nos quedaremos a dormir en Cerro Sombrero.

                                   La ciudad del NO

Llegamos al referido pueblo y fuimos directos a la gasolinera.
-“Buenas tardes. ¿Podemos pagar con tarjeta?”.
-“No señor, no tenemos”.
-“¿Dónde hay un cajero automático para sacar dinero”.
-“No, no hay en este pueblo”.
-“Bueno, gracias”.

Según el navegador hay un banco y allí nos dirigimos. 
Banco cerrado y preguntamos en un comercio lateral por el famoso cajero. La respuesta fue un nuevo no.

Visto el panorama asumo el trasvasar el gasoil del depósito auxiliar al del coche, pero antes vamos al hotel para coger, perdón tomar, habitación.

“Hola, ¿tienen una habitación doble”.
-“No, creo que no nos quedan pero espere lo confirmo con mi madre”.
Viene la madre y nos confirma definitivamente que no hay habitación de ningún tipo.

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Amablemente nos aconseja que lo mejor que podemos hacer es seguir hasta Punta Arenas. Nos da los tiempos y resume que en poco más de dos horas estaremos allí.
Le comento si le importa que trasvasemos el gasoil a la puerta del establecimiento y me contesta que hay gasolinera en el pueblo. Le hacemos ver que traemos los pesos chilenos justos y preferimos no gastarlos. 
Ánima protectora, nos ofrece cambiar euros comentando que normalmente no lo hace pero que esta es una excepción.
Si lo hiciera con frecuencia podría dejar el negocio del hotel pues aplica una ganancia de un 10%.

Llegamos a Punta Arenas y el hostel que llevamos de referencia está lleno; nos indican otro par de ellos. El segundo también ‘full’ y en el tercero queda una habitación libre que por supuesto tomamos.
Hay una amplia oferta de camas en la ciudad pero la demanda hace una ocupación cercana al 100%.

Cenamos en La Marmita, restaurante con encanto.
No resistimos el probar el guanaco salvaje y la cerveza artesanal de la propia casa.
La segunda excelente y el primero no puede dejar de aportar sensaciones de carne de caza, aunque más suave tanto el sabor como la fibra de la carne.

El restaurante y el hostel se encuentran en el barrio croata (hubo una importante inmigración de este país allá por los años veinte del siglo pasado), y el eslogan del barrio es “Vida grata en barrio croata”.
Efectivamente es uno de los más agradables.


2016/02/03                 

La mañana la dedicamos a conocer la ciudad.
Antes de continuar creo necesario hacer una presentación de personas a modo de reparto de una obra de teatro.

                                               REPARTO

José Nogueira – Portugués, llega a BsAs con 15 años y a la zona austral con 21. 
Con la caza de leones marinos hace sus primeros ingresos y desde estos llegó a tener 1.000.000 de Ha. 
Se casó con Sara Braun y murió relativamente joven en Arequipa (no he logrado conocer las circunstancias de su muerte pero me da que son dignas. Tengo que averiguar (Averiguado, murió de tubercolosis)).

Sara Braun – De ascendencia rusa, se caso joven con Nogueira, aportando al matrimonio 300.000 Ha. Enviudó a los seis años de la boda y se convirtió en la primera mujer empresaria de la época y zona.
Fue una de las grandes fortunas y amiga íntima de José Menéndez.
Construyó para vivir el palacio Sara Braun, hoy convertido en hotel que merece.

Mauricio Braun – Hermano de Sara, creció e hizo fortuna a su sombra. Casó con la hija mayor de José Menéndez.

Josefina Menéndez – Esposa de Mauricio y heredera de José Menéndez.

José Menéndez – Asturiano, de familia humilde, llegó joven a BsAs. Casó con uruguaya descendiente de rica familia vasco-francesa y después se fue para la zona austral. 
Recordar que en una crónica anterior le apodamos el ‘puto amo’ de la parte argentina de Tierra de Fuego.

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Primero visitamos el cementerio (costumbre arraigada en nosotros es visitar los mercados y cementerios de las ciudades); algunos lo comparan con La Recoleta de BsAs.


Paseo de coníferas
Tumba populr
Hay momentos que le da ese aire, pero hay muchas tumbas que le otorgan un aspecto más popular. En lo que le gana es en unos paseos con enormes arbustos podados de forma cónica.
Al entrar ves placas donde se informa de las donaciones de miembros de la familia Braun, principalmente de Sara Braun, auspiciantes de su construcción.
Inmediatamente, nos encontramos con el gran mausoleo de nuestro viejo conocido José Menéndez. En el frente y laterales, hay grandes y buenas placas de bronce en donde se reflejan los agradecimientos de “empleados y obreros” de sus distintas empresas. En una plaquita más pequeña y sosa, los descendientes en 198 y pico, le expresan a José y                                                           esposa sus agradecimientos. Qué curiosa es la vida.
Detalle del mausoleo de J. Dominguez

Después visitamos el museo salesiano.
Los salesianos tuvieron una importante actividad en toda la zona austral desde 1880 a 1920. Cuando ellos llegaron no había delimitación clara de cual era zona chilena o argentina.

El museo es una mezcla de etnográfico (incluido Darwin, ¡¡al que asumen con sus errores de apreciación científica!!), de colonial (exploraciones, asentamientos, comercio, persecución de indígenas) y de modernas explotaciones (metano, petróleo, …). Esta última parte la han montado las empresas correspondientes.

En el mismo encontramos la pluma de firmar de D. Pedro García. Motivó un par de bromas a nuestro amigo Pedro García.

Dormitorio Braun-Menendez
Después fuimos al museo Regional. Está instalado en la antigua casa (por decir algo) de los Mauricio Braun-Josefina Menéndez. Los hermanos Braun y José Menéndez eran los mayores propietarios de tierras y ganado de toda la zona (más del 80% del territorio magallánico era suyo). Mauricio y José crearon una empresa para comercializar la carne y la lana; prácticamente crearon un monopolio.
Para sustentar más la alianza se procede a la boda entre Josefina y Mauricio.

Como siempre digo, en una historia están los gérmenes de otras.
En esta, nos hemos encontrado una foto de los más importantes colonos (se les ve ya muy establecidos), con el último cacique indígena.
El último cacique
A este, el gobierno chileno le había dado unas tierras para que estos indígenas pudieran vivir según sus costumbres, aunque ya eran bastante sedentarios.
Los colonos ejercieron presión sobre esas tierras y fueron tomándolas. 
Nuestro cacique se fue a Santiago a protestar al Parlamento pero no le hicieron caso. 
Volvió y a los pocos años habían muerto él y toda la familia. Las tierras pasaron a manos de colonos.

La historia de las masacres, por tiro limpio, o por infección (sarampión, viruela, etc), los engaños realizados y la pura ocupación de tierras indígenas, son realidades en las cuales tiene algo, o bastante, que ver nuestro personaje central, José Menéndez.

Solo un dato estremecedor. En 1890 se crea una fundación salesiana para acoger indígenas desplazados. Llegaron varios cientos. Veinte años después se cierra la misión pues todos los indígenas habían muerto (enfermedades infecciosas).

Dejemos la historia y volvamos al presente.
Pasear por Punta Arenas es bastante agradable, siempre que te respete el viento y la lluvia.
Es la mayor ciudad del sur de Chile y la segunda en renta per capita.
El que tuvo, retuvo.

Por la tarde nos dedicamos a planificar nuestra estancia en el PN de Torres del Paine.
En Turismo nos aconsejan reservar todo dado las fechas de verano junto al puente de Carnaval (por aquí celebran primero el ‘desentierro de la sardina’).
La descentralización en manos privadas de los servicios del Parque nos obliga a varias visitas a diferentes oficinas y con todo, tenemos que terminar de cerrar temas en Puerto Natales.

Cenamos en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Damián Elena.
Para recordar sus canalones de centollo y la salsa de vainilla que acompañaba al flan. Cocina y sitio de alto nivel.
Con el sabor del centollo nos retiramos.


2016/02/04                 

Hoy es ruta de acercamiento al PN Torres del Paine.
Llegamos a Puerto Natales para dormir en el hostel Alicia.
Apurando presupuestos reservamos por ‘Booking’ y al llegar creo que lo hicimos en demasía. 
La dueña tiene 83 años y el sitio no la desmerece. Limpio, eso sí. Una noche es una noche.

A 20 kms del pueblo empiezas a divisar la cordillera. Impresiona y más aún cuando piensas que está a otros 150 kms.  Mañana la hollaremos.
El negocio lanar, venido a menos

Lo siguiente, cerrar con las agencias los sitios de dormir. 
Hecho. Perfecto. Ya me ha empezado el gusanillo.

Natales es como todos los pueblos importantes de esta inmensa zona (este con más turistas por nativo):
Agradable de pasear, todo tipo de avituallamientos, limpio, ordenado y nada para impresionar desde el punto de vista urbano; las vistas son otra cosa.

Hace 20 días que salimos del invierno de Madrid, de golpe llegamos al verano de BsAs. En el camino de bajada por el atlántico, dejamos el verano y pasamos una zona donde un día hacía calor y al otro frío (según viento del norte o del sur), para terminar en un otoño avanzado de casi invierno (según Adela de invierno real).
Desde Ushuaia, por las noches tenemos de 3 o 4º C y por el día entre los 13 a 18º C.
 Otro aspecto de la climatología es el viento. Prácticamente perenne, ha ido ganando fuerza desde la mitad del recorrido hasta estas latitudes.

Al principio y como hemos dicho, fundamentalmente de norte o de sur, soplando un poco de oeste cuando estaban cambiando los anteriores. Después prácticamente constante de oeste.
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Su intensidad llega a ser tan fuerte que hay veces que conduces con casi diez grados de volante girado y enfrentado para poder ir recto.
El peligro es cuando entras en una zona que el viento está cortado (típica colina allanada para hacer más suave la cuesta) y entonces el coche sale despedido en la dirección que llevas el volante girado.

Estamos teniendo suerte, dado que el clima nos ha sido benigno para pasear y las lluvias nos han respetado al caer solo por las noches.
Nuestra salud no se ha resentido y la del coche tampoco. 

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